Las bases

Comenzando inaugurando construyendo

Pertenecemos a la especie que no encuentra hogares en el mercado inmobiliario. No nos gustan las casas igualitas en fila, no nos agradan los cuartos de 6 metros cuadrados, ni los clóset para ropita de muñecas. No queremos una cocina de diseño italiano bellísima pero inservible. No nos gusta vivir preempacados y predigeridos y menos aún nos gusta tener que pagar los dos ojos de la cara y quedar endeudados de por vida por ello. Quisiéramos poder vivir la mayor parte del tiempo sin aire acondicionado, que nuestro jardín estuviera regado por las aguas que la casa misma genera y no con agua potable del chorro. Quisiera que las perras pudieran correr por ahí, sin que una señora amargada les de escobazos. Queremos vivir a nuestras anchas en una casa que se parezca a nosotros.
Un hogar es una cosa seria así que decidimos viajar en el tiempo y en los estratos socioeconómicos para hacer lo que tanta gente ha hecho: construir nuestra casa con nuestras propias manos. Con un proyecto salido de largas conversas familiares y tecnología vieja y nueva. Muchas ideas y un enorme deseo de ser coherentes. Hacemos una casa de tierra, piedra y madera. La cosa se las trae pues la mano de obra es escasa: somos solo nosotros y primordialmente Tadeo con sus manotas y toda su energía puesta en que esa sea la casa más bonita del mundo.
Construimos nuestro lugar. Nuestro rinconcito para ser, para inventar, para descansar y para invitar a los amigos. Y construyendo nos embarcamos en una aventura, que les iremos contando de a poco.
Anne-Marie

Vista satelital de La Guachafita

Esto fue antes de que atacara el termitero guachafo.

y pensar que las tengo que mover todas..



este señor movió ese tierrero en medio día. A nosotros nos hubiera tomado tres meses.



replanteo familiar.¡cálensela!

sancocho a donde el morocho, luego de sudar de lo lindo